Normas decorrecto uso

Las mascotas están permitidas siempre que no sean peligrosas, es decir que sean nobles, obedientes y estén educadas para respetar a las personas, propiedades y tolerar a otros animales. Deben estar siempre bajo la supervisión de sus dueños y tienen prohibida la entrada al interior de las viviendas y salones, excepto si están metidas en un trasportín o habitáculo adaptado a ellas.

Los Clientes responderán por el uso y disfrute responsable de las instalaciones y servicios a su disposición, haciéndose directa y exclusivamente responsables de cuantos daños se pudieran producir por un mal uso de las mismas. Así como cuantos daños pudieran producirse a terceras personas o cosas como consecuencia directa de su actividad. Y deberán dar cuenta inmediatamente a la Propiedad de cualquier accidente o avería que les afecte.

Los Clientes deben estacionar los vehículos y remolques solamente en las zonas habilitadas. Y queda prohibido cualquier tipo de reparación o manipulación mecánica (cambios de aceite, filtros, etc.) así como el lavado de los vehículos sin permiso expreso de la Propiedad.

Los Clientes deben hacer un uso responsable de los suministros que tengan a su disposición (agua, electricidad, gas, etc.) Deben ser conscientes que son bienes finitos, utilizarlos con arreglos a sus necesidades, pero no desperdiciarlos innecesariamente.

Los Clientes deben hacer fuego exclusivamente en las zonas habilitadas, es decir chimeneas o barbacoas, alejados de cualquier posible fuente de combustión y manteniendo la presencia y supervisión del fuego en todo momento.

Las mascotas deben hacer siempre sus necesidades fuera del recinto del Cortijo y en una superficie de tierra. En caso de hacerse dentro del recinto, sus dueños serán los responsables de la retirada inmediata y limpieza de las mismas.

En caso de incumplimiento de éstas normas por los Clientes, que produzcan alguna pérdida o daño en los bienes muebles o inmuebles del Cortijo El Almendro o de terceras personas, la Propiedad se reserva el derecho a quedarse con parte o con la totalidad de la fianza retenida, o a exigir responsabilidades económicas y jurídicas por los daños producidos.

Los Clientes deben respetar los usos y costumbres de buena vecindad, debiendo abstenerse de causar molestias a los vecinos o perjudicar sus bienes muebles o inmuebles.